domingo, 19 de enero de 2014

El veneno de Robur Hall y otras historias descabelladas del rey de los detectives

La historia de la creación de las aventuras de Harry Dickson es tan rocambolesca pero tan interesante que merece ser explicada (aunque sea brevemente) por lo que resumo lo que nos cuentan en el prólogo de este libro: "Las cerca de ciento ochenta novelas de Harry Dickson, que tanta fama le dieron al escritor belga Jean Ray, se basaron en una colección de novelas de apagado recuerdo donde el que se ponía en acción no era otro que el mítico Sherlock Holmes. Dice la leyenda que Jean Ray, aburrido de traducir por encargo las novelas del rey de los detectives, basándose en las ilustraciones de la portada y el interior de los cuadernillos, empezó a escribir su propia serie de Harry Dickson." Las historias incluidas en este volumen son las originales, no las traducidas por Jean Ray, sino las más auténticas, las verdaderas novelas de Harry Dickson, que también vieron la luz en nuestro país a principios del siglo XX, y cuya traducción se ha aprovechado (tras un lavado de cara) para esta nueva edición. Tan interesante como las historias es el prólogo de libro, donde se intenta dar forma a la historia del fenómeno Harry Dickson, desde su nacimiento en Alemania bajo el nombre de un apócrifo Sherlock Holmes, hasta su traducción a diversos idiomas, momento en el que hace aparición Jean Ray y sus particulares métodos de "traducción." Como decía, en este volumen tenemos cuatro historias que no han pasado por las manos de Ray: El veneno de Robur Hall, La pista del violador de cadáveres, Los ladrones de mujeres de Chinatown y El doble crimen de los Alpes Bávaros. Estas historias, por supuesto, nada tienen que ver con el saber hacer de Arthur Conan Doyle y distan mucho de la genialidad del Sherlock Holmes original, pero siguen siendo puros divertimentos con regusto de literatura popular clásica, cuatro piezas muy entretenidas y disfrutables.